Por Dra.Tatiana Terán
Cambios hormonales, huesos y músculos

Con el transcurso del tiempo nuestro cuerpo va cambiando: es una realidad que los músculos, huesos y piel no son los mismos de cuando teníamos 20s. El qué hacer ante esto, para mejorar nuestra calidad de vida y ayudarnos a conseguir una expectativa más larga y sana de la misma, es un tema que se escucha cada día con mayor frecuencia.
Sin embargo no siempre estamos claros del ¿por qué? o el ¿cómo? ocurren estos cambios. Algunos de estos, por no decir todos, están relacionados directamente con los niveles de hormonas femeninas y masculinas en el cuerpo. En esta ocasión solo hablaremos de algunos cambios que ocurren en la mujer y lo que está al alcance de nuestras manos hacer, para que estos no afecten la salud de una manera negativa.
¿Cuando inician los cambios ?
Dentro de los cambios que ocurren en las mujeres el más evidente, y a veces subestimado, es la desaparición de la menstruación, conocida como menopausia. Este término se refiere a la culminación de la producción en el cuerpo de estrógeno y progesterona que son las hormonas femeninas. La menopausia se presenta alrededor de los 48- 52 años y se confirma la no producción absoluta de hormonas, cuando se ha pasado 12 meses sin el período menstrual de forma natural, es decir, no por otras causas como cirugías o medicamentos.
Aunque en la realidad, estas hormonas inician a descender sus niveles de producción un promedio de 10 años antes de que aparezca la menopausia como tal y a veces inclusive desde mucho más tiempo atrás, en dependencia del medio ambiente, hábitos y estilo de vida. Lo que es un problema porque generalmente no nos percatamos de eso y tampoco de los cambios que se provocan en nuestro cuerpo, pensando que estos ocurrirán posterior a la menopausia y no previo a esta, siendo todo lo contrario, pues estos cambios inician desde temprano y es importante saberlo ya que las hormonas femeninas actúan entre otras cosas, protegiendo nuestros huesos, músculos y corazón, evitando : la descalcificación, la pérdida de masa o atrofia muscular, infartos y lesiones cardiovasculares.
¿Qué hacer ?

Una alimentación sana, balanceada, baja en azúcares, el evitar los productos refinados y ultra procesados, al igual que tomar suplementos, como las vitaminas, colágeno, calcio y hormonas naturales del tipo fitoestrógenos, son importantes en los periodos previos y posterior a la menopausia. Pero no se debe dejar a un lado los ejercicios y la actividad física.
La razón es simple los huesos no solo se refuerzan tomando calcio, sino que ademas es necesaria una masa muscular adecuada que los proteja del impacto y disminuya la carga sobre estos, lo que también ayuda a prevenir el desgaste en las articulaciones. Por otro lado, el corazón también es un musculo que proteges y fortaleces al mantener una dieta adecuada y realizar ejercicios.
Sin embargo, para lograr estos objetivos el ejercicio debe ser una combinación de tonificación muscular, fuerza y rutinas aeróbicas. Una rutina por sí sola no es suficiente para ayudar a todo. El ejercicio o actividad física a realizar debe ser el que te motive y del que te puedas apropiar para incorporarlo en tu vida como un hábito y no como algo temporal.
Existen múltiples rutinas o actividades que se pueden realizar inclusive desde casa para fortalecer músculos con trabajo diario, agregando carga o con el peso de nuestro propio cuerpo, así como rutinas aeróbicas donde se puede bailar, saltar, caminar, subir escaleras, correr o hacer otros ejercicios completos como la natación por ejemplo.
Es erróneo pensar que no moverse, no ejercitarse o no realizar determinadas actividades evitan fracturarse. Al contrario, el sedentarismo y la no actividad física solo aumenta los riesgos de lesiones musculoesqueléticas y cardíacas
Dra. Tatiana Terán. Ortopedista, cirujana de mano. Nicaragua.2021.


Si ya tienes una dieta sana, balanceada y haces ejercicios, solo es cuestión de combinar rutinas aeróbicas y de fuerza. Si no la tienes, entonces debes iniciar por darte el tiempo para cuidar de tu salud, en beneficio no solo tuyo, sino también en el de tu familia y seres queridos. Puedes comenzar poco a poco cambiando hábitos alimenticios e ir incorporando la actividad física hasta lograr que esta sea un hábito en tu vida y de esta forma lograrás:
- Fortalecer los huesos, previniendo su descalcificación y fracturas
- Evitar la pérdida de fuerza por atrofia muscular
- Quitarle carga a las articulaciones, lo que evita un mayor desgaste y la artrosis
- Mantenerte ágil, evitando la rigidez articular
- Disminuir los riesgos de sufrir un infarto al fortalecer tu corazón
- Acelerar el metabolismo, lo que hace más fácil mantener un peso adecuado
- Obtener una mejor calidad del sueño
- Mejorar la vitalidad y la calidad de vida

El mejor consejo es: debemos actuar desde antes, para prevenir complicaciones frente a estos cambios hormonales y no después cuando ya podrían estar instaurados los problemas, siendo más difícil revertirlos y en su defecto solo queda decir ¡Hay que moverse! Cualquier cosa que se haga por muy poca que sea siempre es mejor que nada.