Por Dra. Tatiana Terán

La enfermedad de Dupuytren es una afección crónica de la mano que provoca la flexión progresiva y permanente de los dedos hacia la palma de la mano, restringiendo su función en general. Su nombre se debe al cirujano francés Guillaume Dupuytren que describió por primera vez los signos de la enfermedad en el siglo XIX.
Afecta principalmente a hombres de más de 50 años; en mujeres aparece en edades más avanzadas y con menor intensidad, pero no significa, que no pueda aparecer en edades mas tempranas. En general, afecta a ambas manos, aunque suele manifestarse primero en una, sobre todo en la derecha y la velocidad con que esta avanza es variable entre un paciente u otro.
La enfermedad de Dupuytren está provocada por el engrosamiento y la retracción de una membrana, la fascia palmar, que constituye un tejido que mantiene firme, adherida a ella, la piel de la palma en la mano para realizar una correcta función prensil. A diferencia de los dedos en gatillo o resorte, esta enfermedad no afecta directamente a los tendones, sino la fascia, la que se engrosa contrayendo la piel y que además termina por envolver arterias y nervios de los dedos, impidiendo su normal movilidad.
No existe una causa aparente, pero aparece con mayor frecuencia en personas que realizan ciertos trabajos manuales que requieren de herramientas vibradoras (perforadora neumática, etc.). La diabetes, el consumo de antiepilépticos, el tabaquismo y el alcoholismo favorecerían su aparición.
Si existe una predisposición genética, pues la enfermedad de Dupuytren afecta al 50% de los miembros de una misma familia y también es frecuente en personas de ascendencia europea o caucásica.
En la enfermedad de Dupuytren los tejidos que están situados debajo de la piel tienden a engrosarse y a retraerse, originando la formación de pequeñas bolas fibrosas (nódulos), duras y palpables en la palma de la mano.



Posteriormente, aparece bajo la piel una especie de cordón formado por tejido engrosado (brida de retracción). Más tarde, la afectación de las articulaciones de los dedos causa su flexión.
El comienzo de la enfermedad suele ser indoloro. Puede permanecer así durante años, tiempo en el que los movimientos de los dedos son libres y están poco disminuidos. Más adelante, la movilidad de la mano comienza a empeorar, especialmente para agarrar objetos, y puede existir una gran dificultad para apoyar completamente la palma de la mano sobre una superficie plana o para estirar completamente los dedos. En algunos casos, incluso, los dedos no se pueden separar.
En un estado más avanzado, los dedos están bloqueados, y no se pueden extender.
Los pacientes tienen dificultades en el desarrollo normal de su trabajo. Tienen problemas para ponerse los zapatos, para estrechar la mano, a la hora de peinarse, lavarse o maquillarse.
Ante la presencia de uno o más de los síntomas mencionados, y sobre todo teniendo alguna de las causas predisponentes, es recomendable consultar al cirujano de mano cuanto antes. La recuperación es mucho más favorable cuanto antes se haya descubierto y antes se trate la enfermedad.
A veces, junto con la enfermedad de Dupuytren, pueden aparecer protuberancias engrosadas de tejido en otras partes del cuerpo. Por ejemplo, en caso de aparecer en los pies, podría ser fibromatosis plantar o enfermedad de Ledderhose. En los hombres se pueden formar protuberancias en el pene, en lo que se conoce como fibromatosis del pene o enfermedad de Peyronie. En cualquier caso, la afectación de la mano por la fibrosis palmar de Dupuytren es la más limitante de todas estas.

El objetivo del tratamiento, que ha evolucionado mucho en los últimos 10 años, es la recuperación de la extensión de los dedos sin pérdida de la flexión. Suele ser eficaz en más del 80% de los casos, aunque si existe bloqueo de la articulación, la eficacia es un poco menor (70%). Después de la cirugía puede darse tratamiento rehabilitador, para disminuir los síntomas, y ayudar que la mano funcione mejor, según sea el caso
La cirugía percutánea suele conseguir unos resultados excelentes, si la enfermedad de Dupuytren se trata desde el comienzo. Otras son :
– Fasciotomía: con una aguja especial o cuchilla para dividir las cuerdas en la palma de la mano o dedo.
– Fasciectomía: con esta cirugía, son removidas parte o todo el tejido engrosado, y cuerdas.
– Cirugía de articulación: para liberar la articulación.

Otro tratamiento novedoso es la infiltración local con colagenasa, de la cual, aun se están evaluando los resultados a largo plazo.
Existen múltiples técnicas quirúrgicas para el tratamiento de la enfermedad de Dupuytren, todas con indicaciones precisas y que ameritan conocimiento y destreza adecuada por parte del médico tratante, pues las complicaciones por lesiones neurovasculares y necrosis de piel y dedos pueden suceder. La cirugía mínimamente invasiva permite el tratamiento tanto precoz como tardío de la enfermedad de Dupuytren, lo que ofrece grandes ventajas respecto a la cirugía abierta convencional:
- El daño de la piel es menor y, por lo tanto, las secuelas fibrosas son menores.
- El riesgo de lesión vascular y necrosis de la piel es mínimo.
- El daño estético también es mucho menor.
- La recuperación es mucho más rápida.
- La vuelta a las actividades deportivas y laborales se pueden realizar en menos tiempo.
- Si una nueva cirugía es necesaria, ésta sería mucho más fácil, puesto que no habrá extensas cicatrices en la mano.
- La probabilidad de recidiva parece ser la misma que con los procedimientos de cirugía clásica abierta.
Así pues, la cirugía mínimamente invasiva y tratar en momentos tempranos la enfermedad por el medico especialista en la materia, como es un cirujano de mano, es la opción más recomendable en la mayoría de los casos, evitando complicaciones o secuelas no deseadas para el paciente.
